Sevilla es una ciudad que conserva negocios antiguos, desgraciadamente muchos se han perdido en los últimos años, pero otros subsisten siendo más que centenarios. Haremos una relación de algunos de lo que podemos encontrarnos por las calles de la ciudad.
El Rinconcillo.
Sin lugar a dudas el más antiguo de todos los negocios de la ciudad es el Rinconcillo, además del bar más antiguo de Sevilla, su origen se remonta al año 1670 (a lo mejor Murillo entró a tomarse algo camino del Convento de Capuchinos) . En la calle Gerona encontramos este local que se ha convertido en una de las señas de identidad de la ciudad y de la buena gastronomía, su jamón, sus espinacas con garbanzos y sus pavías de bacalao son imprescindibles para conocer los manjares culinarios de Sevilla.
Los Claveles.
Muy cerca del Rincocillo nos encontramos otro establecimiento hostelero de referencia en la ciudad es el bar “los claveles” que data nada más y nada menos del año 1841 y es otro de los locales de referencia en Sevilla. Su decoración con sus clásicos carteles de Semana Santa, su barra de madera y sus exquisitas tapas hacen de este bar cercano a la plaza de los Terceros sea uno de los grandes baluartes de la ciudad.
Antigua Cerería del Salvador.
Nuestra siguiente parada nos lleva al centro de Sevilla, a la plaza del Salvador donde sigue funcionando este establecimiento fundado en 1845, cite ineludible de los sevillanos para comprar una figura de un belén, una escultura de un nazareno o cualquier elemento realizado con cera.
Después de entrar en este lugar con su peculiar decoración qué mejor que poder visitar la iglesia del Salvador, una de las grandes joyas de la ciudad.
Casa o bodeguita Morales
En 1850 se creaba esta taberna en la calle García de Vinuesa, anteriormente rotulada como calle de la Mar, a día de hoy sus dueños provenientes del aljarafe sevillano nos siguen deleitando con su variado de montaditos, su exquisito jamón y diferentes tapas al más clásico estilo de la ciudad. Aunque el éxito turístico de Sevilla en los últimos años haya hecho que haya cambiado un poco la clientela del local.
Papelería Ferrer
En plena calle Sierpes, al lado de la Campana, nos encontramos uno de esos establecimientos que aún aguanta a las grandes franquicias y sus cantidades ingentes de dinero y que como toda la vida sigue haciendo que la gente de a pie de la ciudad encuentre elementos de papelería y regalos singulares que no se suelen hallar en las grandes superficies. Su origen se remonta a la lejana fecha de 1856 y esperamos que siga muchos años alegrándonos a todo con ese servicio tan esmerado.
Las Teresas
Al lado del convento de las Teresas de Sevilla, en pleno barrio de Santa Cruz, encontramos este añejo local fundado en 1870, y que todavía es un referente de la buena chacina de la ciudad. Sus jamones colgados, sus afamadas cañas de lomo y sus quesos es una cita obligada para todo el que quiera degustar de estos manjares en la antigua judería sevillana.
Casa Cuesta
En este caso tenemos que cruzar el Guadalquivir e irnos al barrio de Triana, donde en el año 1880 en la esquina de la calle San Jorge con Castilla se fundaba Casa Cuesta. Hoy, aunque reformado, sigue teniendo esa solera de bar antiguo donde los sevillanos clásicos se sentaban a tomar su aperitivo y sus tapas. Esa estética ha hecho que al igual que otros locales ya mencionados como el Rincocillo se haya utilizado para anuncios o fotos para la promoción de Sevilla y Andalucía.
Joyería Reyes.
Ahora nos vamos a un local muy especial ubicado en el corazón de la ciudad, en la calle Álvarez Quintero, un edificio realizado en estilo Art Noveau, nada habitual en la ciudad, y que es ejemplo de la época donde se funda esta institución en la ya lejana fecha de 1880, aunque hay que decir que esta es su segunda ubicación, la primera se encontraba en la plaza del pan.
A pesar del estilo arquitectónico del inmueble, posee detalles donde se ve la impronta local como el uso de la forja y la cerámica de clara inspiración renacentista. El interior si posee un Art Noveau más puro en numerosos detalles.
La familia dueña del establecimiento estudió gemología en Alemania, técnica que consiguió dominar con gran brillantez y que les hizo hasta trabajar con la reina Victoria Eugenia.
De las realizaciones más importantes de la joyería destacamos dos coronas: la del niño Jesús de la Virgen de los Reyes y la corona de salida de la Macarena realizada en 1913, la que podemos definir como la obra maestra del establecimiento y que se puede contemplar en el Museo de la Macarena.
La Campana
Ahora nos toca endulzarnos y hablar de un establecimiento que sigue teniendo una gran repercusión en la ciudad, hablamos de la Confitería de la Campana, Ubicada en la plaza del mismo nombre y que desde el año 1885 nos sirve cafés y sobre todo fabulosas torrijas en Cuaresma. Si hay algo que sigue siendo un clásico de este establecimiento son sus escaparates dedicados a la Semana Santa con reproducciones de algunas de las hermandades de Sevilla, además de nazarenos de caramelo o de tela.