José de Ribera, conocido también como “El españoleto”, fue un destacado pintor español del siglo XVII que dejó un importante legado en la ciudad de Nápoles, Italia. A lo largo de su carrera, Ribera se destacó como uno de los mejores discípulos del maestro Caravaggio, dejando una huella imborrable en el mundo del arte barroco.

Un poco de su vida

Ribera nació en Játiva, Valencia en 1591 y a una edad temprana mostró un talento innato para la pintura. Fue atraído por la vibrante escuela italiana mientras estudiaba en Italia, especialmente por la revolucionaria técnica de Caravaggio y su estilo realista y dramático. Esta influencia dejó una marca duradera en la obra de Ribera.

José de Ribera y Nápoles

La estancia de Ribera en Nápoles fue fundamental para su desarrollo artístico. Durante más de 40 años, Ribera fue el principal representante de la pintura naturalista en Nápoles, creando obras que mostraban una maestría inigualable en la representación de la anatomía humana y una habilidad única para capturar la expresión de emociones y sentimientos en sus modelos.

Características técnicas

Santiago. José de Ribera. Museo de Bellas Artes de Sevilla

Uno de los aspectos más destacados de la obra de Ribera es su habilidad para utilizar el claroscuro, una técnica que dominaba a la perfección. Sus pinturas presentan fuertes contrastes de luz y sombra, lo que les confiere un dramatismo y realismo excepcionales. Esta técnica, heredada de Caravaggio, aporta a su trabajo una calidad tridimensional que envuelve al espectador en la escena representada.

Otro aspecto destacado de la obra de Ribera es su enfoque en la representación de la figura humana, especialmente los rostros. Los personajes en sus pinturas presentan rasgos realistas y expresiones intensas que reflejan sus estados de ánimo y personalidades. Ribera tenía una habilidad especial para capturar la vida y la esencia de sus modelos, lo que les confiere una autenticidad sorprendente.

Además de su destreza técnica, Ribera también demostró una gran versatilidad en el tema de sus pinturas. Desde escenas religiosas hasta mitológicas y retratos, Ribera demostró una maestría y una sensibilidad únicas. Su capacidad para adaptarse a diferentes temas y estilos lo convirtió en un pintor muy solicitado y respetado en su época.

La llegada de la obra de Ribera a Sevilla

Calvario. José de Ribera. Colegiata de Osuna

Las obras de Ribera llegan a Sevilla gracias a que el Virrey de Nápoles en ese momento era un sevillano, el Duque de Osuna, que trae las obras del artista a su ciudad ducal (Osuna), donde aún se conservan esas fabulosas obras en la Colegiata, y a Sevilla, donde a través del comercio, llega a la gran ciudad del Imperio, una de las figuras de más prestigio de la pintura del momento. Con su obra llega el claroscuro a la ciudad del Guadalquivir, trayendo el gran legado de su maestro Caravaggio. Gracias a ello Velázquez y Murillo utilizaron estas técnicas en sus obras pictóricas.

Las obras de Ribera en Sevilla

Colegiata de Osuna

La fabulosa colegiata alberga una colección maravillosa de arte italiano donde destacan las obras de Ribera como lo más destacado de la colección.

Museo de Bellas Artes de Sevilla

El Museo de Bellas Artes de Sevilla alberga una serie de obras de gran valor de José de Ribera entre los que destacamos la obra de Santa Teresa de Jesús y el fabuloso Santiago. Además, de alguna obra interesante del taller.

Palacio de las Dueñas

Coronación de espinas. Fundación Casa de Alba

El Palacio de los Duques de Alba posee otra de las grandes joyas pictóricas de Ribera en Sevilla, la maravillosa Coronación de Espinas, una obra donde se pueden observar algunas de las características más importantes del maestro, el uso del tenebrismo y como la luz resalta la figura central de Cristo, que de una forma dócil acepta el tormento y la burla que realizan los sayones. Maravilloso el uso del color, con una intensidad que nos evoca al genio que fue su maestro.

Monasterio de Santa Paula

Adoración de los pastores. Convento de Santa Paula

El Monasterio de Santa Paula posee diferentes joyas en su cenobio y una de ellas ha sido atribuida por la mejor doctrina a la figura de Ribera. Es una adoración de los pastores, de una calidad admirable, donde nuevamente destaca la técnica del claroscuro, y el convertir a los personajes de la calle en protagonistas de tan singular obra. Existe una obra de Juan Do en la Academia de pintura de Madrid, procedente de la colección de Manuel Godoy, que es exacta a esta obra, además de otra obra que salió hace algunos años en el Mercado del Arte que como la de Santa Paula se atribuye a su maestro.

Esta fabulosa obra llegó a través de la casa ducal del Infantado al monasterio.

La obra de José de Ribera ha dejado una huella perdurable en la historia del arte y sigue siendo apreciada y admirada en la actualidad. Sus pinturas son consideradas auténticas obras maestras del periodo barroco y su influencia en la pintura española e italiana es innegable. La técnica realista, dramática y emocional de Ribera continúa inspirando a artistas y cautivando a los amantes del arte en todo el mundo.

BONET CORREA, Antonio (coord.), Real Academia de San Fernando, Madrid. Guía del Museo, Madrid, 2012, 110-111.

HERNÁNDEZ HERRERA, Jesús:” Ribera, cumbre del barroco.”

VV.AA Catálogo. Nápoles en Osuna. “José de Ribera en el legado artístico de los Duques de Osuna”