Valeriano Domínguez Bécquer (1833-1870) fue un pintor y dibujante español del siglo XIX, conocido por su notable contribución a la pintura costumbrista y sus retratos de personajes del folklore andaluz y español. Hermano del célebre poeta Gustavo Adolfo Bécquer, Valeriano también destacó por su habilidad para capturar la esencia de la vida cotidiana en España, lo que lo convirtió en una figura clave del arte de su época. Realizó numerosas obras en su corta vida que se encuentran en colecciones privadas y en muchos de los principales museos españoles, como veremos a lo largo del artículo.

Vida de Valeriano Bécquer

Infancia y formación artística

Valeriano nació en Sevilla el 15 de diciembre de 1833, en una familia de artistas. Su padre, José Domínguez Bécquer, fue un conocido pintor de la ciudad, y fue él quien introdujo a Valeriano y a su hermano Gustavo en el mundo del arte. Tras la muerte de su padre en 1841, Valeriano continuó su formación en Sevilla, recibiendo influencias del estilo académico de la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría. Debido al prestigio de su tío, Valeriano adquirió conocimientos técnicos y contactos que hizo que se pudiera independizar con su hermano Gustavo alquilando una casa en la calle Mendoza y Ríos de su ciudad natal.

Calle Mendoza y Ríos, casa alquilada por Valeriano Bécquer donde se independiza con su hermano

En su juventud, Valeriano se trasladó a Madrid, donde profundizó en su formación artística y conoció de cerca las obras de grandes maestros españoles. A pesar de las dificultades económicas, trabajó como ilustrador para varias publicaciones, colaborando estrechamente con su hermano Gustavo Adolfo, quien por entonces comenzaba a destacar como poeta y escritor.

Últimos años

Escena de familia. Museo de Cádiz. Valeriano Bécquer

Durante sus últimos años, Valeriano acompañó a su hermano en varios viajes por España, donde ambos documentaron las costumbres y tradiciones locales. Este periodo fue uno de los más fructíferos para su obra, ya que le permitió reflejar con gran detalle la vida rural y el folklore español. De ese periodo conservamos obras muy interesantes, donde nos muestra los trajes regionales y las costumbres de diferentes lugares de España.

Sin embargo, la vida de Valeriano fue trágicamente breve. Falleció en Madrid el 23 de septiembre de 1870, apenas unos meses después de la muerte de su hermano, víctima de una enfermedad pulmonar. Su prematura muerte truncó lo que prometía ser una carrera aún más prolífica en el arte español. Dos hermanos, dos personas brillantes, que desgraciadamente vivieron muy pocos años. Su cuerpo junto con el de Gustavo fueron trasladados a su ciudad natal a Sevilla y se encuentran en el Panteón de sevillanos ilustres.

Obra de Valeriano Bécquer

Pintura costumbrista

Valeriano Bécquer. Mujeres aragonesas. Museo de Bellas Artes de Sevilla

Una de las mayores contribuciones de Valeriano Bécquer al arte español fue su trabajo en la pintura costumbrista. Este estilo se centraba en la representación de escenas de la vida cotidiana, especialmente en las regiones rurales de España, aunque también de familias, como la obra que posee el Museo de Cádiz, un ejemplo de cómo los burgueses tiraban de artistas para quedar inmortalizados en sus hogares. Sus obras capturan con precisión y sensibilidad las tradiciones, vestimentas y personajes típicos del folklore andaluz, lo que le permitió conectar con el público de su época.

Sus pinturas costumbristas no solo son testimonio de su destreza técnica, sino también de su profundo interés por la cultura popular. Entre sus obras más destacadas se encuentran escenas de ferias, fiestas y labores agrícolas, donde retrata con realismo y detalle a los campesinos y trabajadores de todo el país.

Pelando la Pava. Valeriano Bécquer

También representa imagenes cotidianas que se podían encontrar en cualquier lugar de la península, una de las más singulares es la que se encuentra en depósito en la colección Carmen Thyssen de Málaga denominada “pelando la pava”

Retratos

retrato_gustavo_adolfo_becquer

Además de su obra costumbrista, Valeriano Bécquer fue un prolífico retratista. Sus retratos destacan por su precisión y la capacidad de capturar la personalidad de sus sujetos. A menudo retrataba a personajes del entorno literario y artístico de Madrid, así como a figuras de la burguesía y aristocracia. La naturalidad y el detalle de sus retratos lo colocan entre los pintores más importantes de su tiempo.

Pero de todos sus retratos, el más destacable es el que realiza para su hermano Gustavo y que se encuentra en el Museo de Bellas Artes de Sevilla. En esta obra se ven todas las características de este artista, alcanzando sus cotas más altas de calidad. Además, a todo esto, debemos unir que, al ser su hermano, el artista intenta ensalzar y hasta idealiza su retrato, algo que se puede comparar con las fotografías que han llegado hasta nosotros.

Otro retrato interesante, es el de Fernán Caballero, pseudónimo que utilizaba la escritora Cecilia Böhl de Faber, y que se conserva en el Museo del Romanticismo de Madrid

Ilustraciones y dibujos

El pregonero. Valeriano Bécquer

Valeriano también fue un talentoso ilustrador. A lo largo de su vida, colaboró en numerosas publicaciones ilustradas, creando imágenes que acompañaban textos de su hermano Gustavo y otros escritores de la época. Estos trabajos incluyen ilustraciones para revistas y libros que ayudaron a consolidar su fama como dibujante y pintor. Las ilustraciones de Valeriano son notablemente detalladas y precisas, lo que evidencia su habilidad para el dibujo y su ojo para los detalles. Lo más interesante son las ilustraciones de las costumbres populares, donde podemos ver pregoneros, labradoras, jugadores, voluntarios del ejército…describiendo los diferentes tipos de la variopinta España del siglo XIX.

El legado de Valeriano Bécquer

A pesar de que la obra de Valeriano Bécquer no alcanzó en su vida el mismo reconocimiento que la de su hermano, su legado como pintor es indiscutible. Su capacidad para retratar la vida y la cultura popular de España ha permitido que sus obras se mantengan relevantes a lo largo de los años. Hoy en día, sus pinturas y dibujos se conservan en importantes museos y colecciones privadas. Los dos museos más importantes del país, el Museo del Prado y el Bellas Artes de Sevilla son algunos de los que cobijan parte importante de su obra, todo ello hace que su contribución al arte español siga siendo valorada y apreciada hoy en día.