La Calle San Luis de Sevilla es una de las más importantes de la ciudad, antaño su nombre fue la calle real y hasta la entrada del monarca Felipe II los reyes solían entrar habitualmente por la Puerta de la Macarena, y a través de la calle cruzaban toda Sevilla.
Hoy la calle San Luis sigue siendo un eje importante lleno de monumentos de gran valía que iremos desgranando en este artículo como si realizáramos un paseo por la calle.
Haremos como los reyes y viajeros que llegaban a Sevilla desde el norte, entrando por la Puerta de la Macarena, aunque en aquella época ellos no podían disfrutar de un edificio que es el primero que nos recibe en este lugar y que será el primero del que hablemos.
Basílica de la Macarena



La Basílica de la Esperanza Macarena, es uno de los lugares más devocionales de la ciudad, en su interior se rinde culto a la Virgen de la Esperanza Macarena, maravillosa talla barroca de autor anónimo, el Cristo de la Sentencia y la Virgen del Rosario.
Es un templo nuevo realizado en los años 40 del siglo XX, después de la desgraciada quema del templo de San Gil, antigua sede de la Hermandad.
Entre sus elementos más interesantes destacamos su maravilloso camarín, realizado por el orfebre Fernando Marmolejo, realizado en plata y que representa más de cien flores existentes en Andalucía. Se abre cada fin de semana para que los fieles pueden pasar cerca de la bella imagen de la Virgen.
Junto al templo la hermandad posee un interesante museo, donde poder disfrutar de todo el rico patrimonio de la hermandad e incluso de sus pasos montados, para deleite de locales y foráneos, y que se puede disfrutar conjuntamente con una visita al barrio.
San Gil
Es la primera iglesia gótica mudéjar que encontramos en la calle, originaria del siglo XIII y transformada en el siglo XIV, ha sido durante siglos la residencia de la Hermandad de la Macarena.
El templo fue quemado en la época de la Segunda República, posteriormente fue restaurado y hoy se encuentran dentro las hermandades de la Virgen del Carmen y el Rocío de la Macarena. Debido al incendio mencionado perdió todos sus retablos y valiosos enseres antiguos.
Plaza del Pumarejo



Esta es una de las plazas de la calle San Luis, denominada así por un importante comerciante de Indias y caballero Veinticuatro Pedro Pumarejo que vivía en un palacete en la plaza, hoy convertido en casa de vecinos. Allí se reencontraba una de las más hermosas fuentes públicas de la ciudad que posteriormente se reutilizaron sus elementos para la fuente realizada a Catalina de Ribera en los jardines de Murillo.
Iglesia de Santa Marina



La mayor de las iglesias gótico mudéjares conservadas en Sevilla y también una de las más interesantes y con más amplia historia.
Sus orígenes no quedan claro, se han encontrado restos de azulejos de una capilla, hoy en el Museo Arqueológico de Sevilla, de la época donde el infante Don Felipe, hermano de Alfonso X, era el arzobispo de Sevilla.
En 1252 se piensa que se realiza la primera torre y fachada y se dedicada a Santa Marina de Orense a la que se atribuyen la vida de Santa Margarita y que aparecen reflejados en la fachada del edificio.
El terremoto de 1356, época del Rey Pedro I, destruye gran parte del primitivo inmueble y el templo actual con modificaciones deriva de este siglo XIV con interesantes capillas añadidas en el siglo XV, recomendamos los estudios del catedrático Rafael Cómez.
Otros elementos interesantes del inmueble son el bello y elegante ábside y la decoración de su portada, que evidencia elementos distintos a otras portadas de iglesias de la zona.
Tal fue la importancia del templo que personajes tan importantes como Caballeros Veinticuatro o el humanista Pedro Mexía, decidieron pasar a la vida eterna en este bello lugar.
El templo fue la residencia canónica de varias importantes hermandades como La Sagrada Mortaja o la Divina Pastora.
Fue quemado en los tristes sucesos acaecidos en la Guerra Civil española y después de ser rehabilitado es la Hermandad de la Resurrección la que actualmente tiene su sede en este bello edificio.
San Luis de los Franceses



La calle San Luis de Sevilla le debe su nombre a este fabuloso templo. Sin lugar a duda nos encontramos ante una de las joyas del barroco europeo, templo único en Sevilla, con un original diseño basado en la iglesia de Santa Inés en la agonía de Roma, obra del gran Borromini, y con una decoración que podemos calificar de la más bella realizada en todo el barroco español, donde a los retablos locales debemos añadir la influencia francesa que en esos años acaba de llegar a nuestro país a través de la nueva casa real de los Borbones.
El edificio realmente es un conjunto que fue el noviciado de la Compañía de Jesús en Sevilla, y que después de su expulsión en el siglo XVIII pasó a manos del estado. Después de un largo periodo de estar cerrado hoy vuelve a estar abierto al público y recomendamos realizar una visita guiada a su interior para entender su rico programa iconográfico.
Desgraciadamente, debido a la pequeña anchura de la calle no podemos disfrutar del templo en todo su esplendor.
Plaza de San Marcos e iglesia de San Marcos



La calle San Luis desemboca en la bella plaza de San Marcos, donde encontramos un bello edificio del siglo XVIII al fondo y la bellísima iglesia que lleva el nombre del Evangelista. En ella destacamos su torre, que es la más parecida a la Giralda que existe en la ciudad, aunque sin los añadidos que le fueron incorporados en el Renacimiento a la torre catedralicia. Por lo demás, encontramos elementos muy similares en sus diferentes cuerpos.
Para acceder al templo hay que descender por unos escalones, por la subida de nivel del suelo de Sevilla. La fachada es realmente fabulosa, con una bella portada ojival abocinada con puntas de diamante. En cuya parte superior sobre columnas disfrutamos de una bella decoración de sebkas, con doseletes en los laterales que hoy poseen esculturas no originales de la Virgen y el ángel Gabriel. Y en la parte central de la sebka una escultura de Dios Padre, las tres obras poseen restos de la policromía que tuvieron en su origen. Todo el conjunto es rematado por una especie de alero en piedra sostenido por bellas cabezas de leones.
Su interior es magnífico, desgraciadamente no así su techumbre, ya que fue destruida en la época de la Guerra Civil y no se ha recuperado satisfactoriamente. La estructura son una sucesión de arcos de herradura enmarcados por alfices. Otro elemento interesante es su presbiterio, que, aunque muy reformado podemos ver la estructura ojival originaria.
En esta plaza fue el último enfrentamiento que se produjo en la Guerra Civil en Sevilla y que podéis conocer más en nuestra ruta dedicada a ese momento histórico de nuestro país.