Este Sevillano es una de las grandes figuras si no la más representativa de la escultura española a finales del siglo XIX. Desde niño era una persona con unas dotes innatas para la escultura, por tal motivo fue apadrinado por los Duques de Montpensier en esa corte Sevillana que poseían en el Palacio de San Telmo cuyos jardines donados a la ciudad se convierten en la base de la Sevilla del 29.

La formación de Susillo

Nacido en la Alameda de Hércules desde niño modelaba el barro de una forma envidiable y este hecho fue observado por el Príncipe de Rusia que se encontraba de visita en Sevilla viendo a los Duques. Decidió becarlo en las mejores escuelas de Europa y volvió convertido en un genio de este arte.

Obras en Sevilla

Aunque posee obras en diferentes lugares debemos mencionar sus increíbles obras en la ciudad de Sevilla.

Monumento a Velázquez en la plaza del Duque

Velázquez. Antonio Susillo

El llamado pintor de la verdad, pintor de cámara de Felipe IV necesitaba un monumento de calidad en su ciudad natal y Antonio Susillo lo realiza en una de las plazas más emblemáticas de Sevilla, la plaza del Duque de la Victoria, desgraciadamente ya nada queda de aquella plaza que vio el escultor y donde diseñó este gran monumento.

La escultura aparece erguida con su paleta y pincel y con la característica indumentaria que ha llegado hasta nosotros y su reivindicación de que los pintores no eran meros artesanos sino artistas que realizaban una difícil tarea para la que necesitaban gran formación. La obra se alza majestuosa en la plaza, que antaño estaba rodeada de bellísimos palacios y hoy de edificios comerciales y el antiguo edificio del sindicato comisiones obreras que hoy se está transformando en un hotel.

Monumento a Daoiz

Monumento a Daoiz de Antonio Susillo

La sevillana plaza de la Gavidia es el lugar elegido para realizar una obra que sirva de homenaje a uno de los héroes del famoso 2 de mayo de Madrid, el sevillano Daoiz que junto con el cántabro Velarde levantaron en armas al pueblo de Madrid contra las tropas napoleónicas que habían tomado sin ninguna resistencia la ciudad.

La obra representa el porte del militar con aire majestuoso y desafiante contra la invasión gala. En el pedestal diferentes altorrelieves que representan los distintos momentos de la actuación heroica de nuestro protagonista.

Destacar que todo el monumento se encuentra rodeado por cañones, recordando que su condición de capitán de artillería.

Esculturas de personajes ilustres de Sevilla en el Palacio de San Telmo

Fernando de Herrera. Palacio de San Telmo. Antonio Susillo

Los duques que siempre habían sido sus comitentes desde sus principios le encargan una serie de esculturas de personajes importantes de Sevilla o relacionados con Sevilla. Son esculturas valientes que demuestran a un artista que es capaz de transmitir con gran realismo lo que representa cada uno de esos personajes: Bartolomé de las Casas, Afán de Ribera, Velázquez, Miguel de Mañara, Martínez Montañés, Arias Montano, Murillo, Lope de Rueda, Ortiz de Zuñiga, Rodrigo Ponce de León, Herrera el Divino.

Miguel de Mañara

Miguel de Mañara. Jardines del Hospital de la Caridad. Sevilla

Para muchos autores es su obra más paradigmática, se encuentra ubicada en los jardines de la Caridad, justo enfrente del hospital que funda su protagonista, y representa el hecho de socorrer a uno de los que él comentaba que eran sus señores los pobres.

Mañara es representado como un caballero del XVII con su espada y su sombrero soportando en peso a una persona que está socorriendo para llevarla a su hospital. Que como reza en su dintel es “Domus pauperum scala coeli”

Es una escultura de gran realismo y dinámica donde representa la gran obra caritativa de Don Miguel.

Las manos de la Amargura

Manos de la Virgen de la Amargura

El Domingo de Ramos de 1893 cuando la cofradía de San Juan de la Palma discurría por la Plaza de San Francisco, hubo un incendio en su paso de palio que dañó profundamente las manos de la maravillosa dolorosa, por tal motivo, se contrató a Antonio Susillo, que nunca había trabajado para ninguna hermandad para que realizara unas nuevas manos que son las que podemos disfrutar a día de hoy.

El Cristo de las mieles

Cristo de las mieles

Nos encontramos antes un maravilloso crucificado, para muchos escultores estas obras son las más complejas a realizar, que hoy en día se encuentra en la glorieta central del Cementerio de San Fernando de Sevilla.

Es un ejemplo del realismo y el bien hacer de Antonio Susillo en todas sus composiciones. El porqué de su nombre deriva de una bonita historia donde se cuenta que una abejas pusieron un panal en la boca del Cristo y por tal motivo empezó a caer miel de su boca, de ahí el nombre del Cristo de las mieles. Debajo de esta bellísima escultura es donde descansan los restos del autor.

Susillo en el Convento de Capuchinos

Fray Diego José de Cádiz. Susillo. Convento de los Capuchinos.

En la hornacina de la puerta del Convento de Capuchinos, el maestro realiza una pequeña pero admirable obra del creador de la obra franciscana, los rasgos detallan la amabilidad y el buen carácter de este interesantísimo personaje, creando nuevamente una obra donde refleja también la personalidad del retratado. Hoy en día en el lugar original se encuentra una copia y la obra de nuestro artista se encuentra en el interior del cenobio.

También para el convento realiza una obra dedicada al Beato Diego José de Cádiz, donde representa al capuchino con el hábito de la orden en el momento en que se encuentra besando un crucificado, otro dato interesante es que esta obra fue pagada por la Infanta María Luisa de Borbón.

Altorrelieve del Museo de Bellas Artes de Sevilla

Interesante obra donde representa el momento donde Cristóbal Colón llega de su primer viaje a América y va a ver a los Reyes Católicos, interesante la composición, las diferentes expresiones y sobre todo destacamos las imágenes asomadas en el balcón, donde nuestro autor realiza un auténtico alarde creativo.

Obras fuera de Sevilla

Monumento a Colón. Valladolid

De las obras realizadas fuera de Sevilla por Antonio Susillo, tenemos que destacar una, el monumento a Colón que se encuentra en Valladolid, junto al Campo Grande. Una obra que originariamente la realizó para la Habana, pero después de los tristes sucesos del 98 donde España perdió la perla del Caribe, hubo una disputa entre Sevilla, el lugar americano por excelencia, y Valladolid, donde murió el gran Almirante¸ para que la obra encontrara acomodo en la península, al final la capital castellano leonesa fue más rápida a la hora de realizar el pago que se había solicitado y se ubicó en esta ciudad.

Nos encontramos con una obra de gran porte, donde en la parte superior aparece el gran Almirante con la Cruz, después diferentes referencias alegóricas y altorrelieves en su base con diferentes momentos del descubridor: presentando su proyecto, la llegada a América, el regreso a España.

Un globo terráqueo y la expresión Non plus ultra es la base de la escultura del gran marino.

La escuela de Susillo

El maestro dejó un importante legado, que dejará honda huella en la ciudad a principios del Siglo XX y en la Semana Santa de Sevilla. Principalmente de sus discípulos destacamos a dos:

Joaquín Bilbao

San Fernando. Joaquín BIlbao

Interesantísimo autor, que junto con su hermano Gonzalo en pintura ocupará un puesto importante en las obras sevillanas de principios del siglo XX, de la que destacamos el monumento a San Fernando ubicado en la Plaza Nueva de Sevilla.

En su obra relacionada con la Semana Santa debemos comentar el Cristo que realiza para la hermandad de las Cigarreras. Nuestro Padre Jesús del Dolor, que es una de las grandes obras que jamás debieron perderse por su valentía en la ejecución. Y las imágenes secundarias del paso de la Coronación de espinas del Valle.

Antonio Castillo Lastrucci

Virgen de la Hiniesta. Castillo Lastrucci

Escultor básico para entender la escultura neobarroca de la Semana Santa en el siglo XX. Sus composiciones arriesgadas utilizando elementos desconocidos como el pebetero, el contraste de los personajes, rasgos grotescos y fealdad en los personajes que hicieron sufrir a Cristo, que contrasta con la dulzura de las imágenes cristíferas. Todo ésto hace que modifique la creación de los pasos de misterio en la ciudad.

A todo ello debemos añadir la creación de la Dolorosa castiza con imágenes bellísimas como la Hiniesta, la Virgen del Dulce Nombre o la O.