Los sepulcros del Renacimiento en Sevilla son obras que nos sorprenden por su belleza, pero en la Cartuja encontramos seguramente uno de los grandes tesoros de la ciudad, que desgraciadamente, son desconocidos para la mayoría, ya sean sevillanos o foráneos y que rivalizan con los de la Catedral de Sevilla.

A principios del siglo XVI una de las familias más poderosas de la ciudad eran los Ribera, normalmente estas familias nobles solían utilizar monasterios o iglesias para realizar sus enterramientos, y ellos eligieron el monasterio cartujo de Sevilla como lugar para que su familia pudiera esperar la llegada de Dios. Los monjes se habían quedado sin un mecenazgo y Per Afán de Ribera les propone dinero para la construcción y mantenimiento de la iglesia a cambio de poder ser enterrada allí su familia.

En la actualidad, el convento, hoy desacralizado, tiene diversos usos, Museo de Arte Contemporáneo, sede de la Universidad Internacional de Andalucía y sede del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico.

Debemos realizar un pequeño comentario que es básico para entender el conjunto, en 1518 don Fadrique Enríquez de Ribera realiza un viaje a Tierra Santa, pasando previamente por Italia donde queda maravillado del arte que se está desarollando en esos momentos en la península transalpina. Uno de los edificios que le seducen es la cartuja de Pavía, en ella trabajo un genovés llamado  Pace Gazini, este artista y Antonio María Aprile de Cardona van a recibir unos encargos por parte de don Fadrique, realizar para este noble la portada de su casa palacio de Sevilla y los sepulcros de su familia, poniendo especial relevancia en los de sus padres.
Después de acceder a la iglesia del monasterio llegamos a un pequeño patio mudéjar que deja espacio a una bella capilla que nos sorprende al entrar en su interior y donde respiramos un ambiente similar al que podríamos sentir en cualquiera de las grandes ciudades del Renacimiento Italiano.
La estancia está presidida por una bellisima escultura mariana que posee ese formalismo y a la vez cercanía que poseen las obras del Renacimiento.

Virgen de la Cartuja

En el lugar encontramos los sepulcros que Don Fadrique Enríquez de Ribera encargó para sus familiares en Italia, todos son magníficos pero los de sus padres son sublimes y podemos catalogarlos como obras maestras de la escultura del Renacimiento existente en España.

Sepulcros de los antecesores de Fadrique Enríquez de Ribera


A los lados de la Virgen que preside la sala nos encontramos realizados como arcosolio los sepulcros de Pedro Enríquez y Catalina de Ribera ( en realidad no son los primeros sepulcros de esta tipología realizados en Sevilla, el primero es el del Cardenal Diego Hurtado de Mendoza en la Catedral). Las obras poseen la influencia de Fancelli en la Catedral y de Sansovino para la tumba del Dux de Venecia Andrea Vendramin.

El sepulcro de Catalina de Ribera

La obra es un ejemplo bellísimo del nuevo lenguaje que viene de Italia, donde además de la escultura del finado, es importante la representación de elementos cristianos y paganos, tan característicos de este periodo. Los artistas alcanzan tal perfección en su realización que 500 años después sigue maravillando en todos los aspectos.

Los dos sepulcros tienen un escudo donde una corona de laurel con granadas, símbolo de la inmortalidad, rodea la simbología familiar.

En realidad el encargo de los sepulcros se realiza para Pace Gazini pero este fallece y sólo puede terminar el de su madre y por eso el de su padre lo realiza Antonio María Aprile. Podemos apreciar claramente la firma del autor, estamos en el Renacimiento y hay una reivindicación del artista con su obra y este fabuloso ejemplo de arquitectura funeraria no podía ser menos. También interesante la escultura de San Jerónimo que aparece con su león como es habitual en la hagiografía de este personaje.

Firma sepulcro catalina de Ribera

La finada lleva el traje de viuda y tres sirenas llevan su cuerpo a los Campos Elíseos ( recordemos que según la tradición grecoromana, se encontraban en el sur de la península ibérica que es curiosamente donde tenía sus dominios Catalina). Otro detalle a tener en cuenta que la simbología de las sirenas es un tema muy usado en su vida, el ejemplo más claro es la reforma del Palacio de las Dueñas donde las yeserías de su patio principal repiten una y otra vez el tema de las sirenas.

La construcción posee detalles del Juicio Final y el camino del calvario realizado con la calidad que se presumía a tan reputado maestro, destaca las abigarradas composiciones y la intensidad de de las representaciones donde se plasma un dinamismo que nos evoca la escultura clásica y en nada envidia a las composiciones de los grandes altorrelieves de la antiguedad.

En los laterales, en veneras, podemos apreciar en uno de los laterales los padres de la iglesia: San Jerónimo, San Agustín junto a una devoción de la difunta y San Sebastián; en el otro lado son santas femeninas: Santa Elena, devoción, Santa Catalina su nombre y Santa Bárbara.

Sepulcro de Pedro Enríquez

A pesar del fallecimiento de Pace Gazini, la obra del padre de Don Fadrique no iba a quedar a un nivel inferior y Antonio María Aprile realiza una obra fabulosa siguiendo las líneas que se habían realizado previamente con el sepulcro de Catalina. Utiliza en las enjutas victorias aladas y tiene la misma composición aunque cambian algunos temas. Un ejemplo el ático donde se situa un calvario, con unas esculturas de extraordinario realismo que se situan sobre un fondo que evoca el gólgota. Debajo un friso donde aparecen máscaras símbolo de los sueños y de los terrores de la oscuridad. El conjunto se situa debajo de un intradós con casetones que remarcan más si cabe ese aire tan característico del Renacimiento.

Calvario sepulcro de Pedro Enríquez

A ambos lados del calvario se representa la anunciación usando la amplitud de todo el conjunto. Y en la parte inferior dos escenas, una la resurrección y otra el tema del Noli me tangere, cuando la Magdalena encuentra a Cristo después de resucitar y le dice que no lo toque.

El esquema intenta copiar el modelo usado para su esposa con esculturas en los laterales en veneras, y el finado aparece vestido como un caballero con su armadura, hablamos de un personaje importante por su partipación en importantes batallas siendo especialmente destacable su partipación en la Reconquista de Granada.
A los pies lleva un león lo cual remarca si cabe su carácter de guerrero y gran señor.

Las tres sirenas, al igual que en sepulcro de su mujer, son las encargadas de llevar su cuerpo al paraiso. Un poco más abajo dos puttis con antorchas al revés que en arte grecorromano era símbolo de luto por el finado y que sólo se representa en este mausoleo. Debajo la heráldica del personaje.

Esta obra estuvo en esta sala capitular hasta que en 1842 el Deán López Cepero trasladó los sepulcros al templo de la Anunciación donde permanecierón hasta 1991 año donde con motivo de la Exposición Universal de 1992 volvieron a su lugar originario en el monasterio de la Cartuja.