Para entender este artículo de la belleza de los sepulcros del Renacimiento sevillano debemos recalcar que ese periodo es el gran momento de la ciudad de Sevilla, y todo lo referente a esa época que se ha conservado hasta nuestros días es un ejemplo de la riqueza y el exquisito arte que se reunían en la Sevilla de aquel periodo.
Un hecho muy curioso que algunos de los elementos más bellos que encontramos sean de origen italiano, ya que las repúblicas de ese país es donde se realizaba el arte más exquisito de ese momento histórico y para los nobles españoles de la época el tener arte del país transalpino era todo un referente. Pero no son los únicos ejemplos, la otra gran escuela de la época, flandes, también tiene ejemplos notables. Todo ello nos demuestra como Sevilla se convierte en el lugar donde convergen todas esas grandes escuelas debido al gran momento económico y de prosperidad que vive la ciudad.
Monumentos funerarios en la Catedral de Sevilla
La Catedral de Sevilla siempre ha sido el lugar preeminente de nuestra ciudad y no lo iba a ser menos para los sepulcros que se encuentran en el interior que acoge sobre todo a los grandes prelados de la archidiócesis. La idea de la este artículo no es hacer una enumeración de todos sino destacar los más interesantes, ya que pretende ser un estudio divulgativo. De los maravillosos monumentos funerarios del Renacimiento de nuestro templo mayor destacan por méritos propios los siguientes.
Sepulcro del Cardenal Cervantes.



El Cardenal Juan de Cervantes de Bocanegra(1382-1453) fue un personaje de gran importancia en su tiempo, participó en diversos concilios y en sus años de estancia en Roma llegó a tener amistad incluso con el futuro Papa Pío II. Al regresar a España su importancia fue tal que llegó a celebrar los esponsales del rey Enrique IV con Blanca de Navarra. Fue Obispo de Ávila y Segovia antes de ser nombrado Administrador apostólico de Sevilla.
Fue un hombre culto con una gran biblioteca para la época que donó al fallecer a la Catedral.
Lorenzo Mercadante de Bretaña realiza el maravilloso sepulcro que hoy podemos disfrutar en el templo metropolitano, realizada en alabastro es un auténtico prodigio de perfección técnica. Otro curioso detalle es que fue la única obra que firmó “Lorenzo Mercadante de Bretaña entalló este bulto”. La obra destaca por su minuciosidad y gran modelado de clara raíz flamenca. Los escudos realizados altorrelieve en nada envidian a las obras más sobresalientes flamencas de pintura y escultura del momento. Otro detalle son el paño con plegados de un gran realismo, así como la ropa litúrgica del difunto. Su cara es muy realista ya que la costumbre era realizar una máscara que luego se podría utilizar en las esculturas. Detalles como los tres cojines donde apoya la cabeza, denotan que estamos antes un príncipe de la iglesia. Otra curiosidad que el perro que normalmente denota la fidelidad y que se ubica a los pies de la escultura se ha cambiado por un cervatillo en un claro guiño al nombre del cardenal.
Sepulcro del Obispo Scalas



El sacerdote Baltasar del Río, es el protagonista de este bello ejemplo del Renacimiento en la Catedral. Sacerdote que se va a Italia en búsqueda de un buen posicionamiento dentro de la iglesia, de hecho entabla relación con el Papa Julio II, importante para la ciudad ya que concedió la bula de la fundación de la Universidad de Sevilla, y allí es nombrado Obispo de Scala, un obispado dentro del reino de Nápoles. Fue arcediano de Niebla y canónigo de la Catedral de Sevilla. Volvió a Sevilla para supervisar lo que sería su última morada. Realizada en alabastros por artistas de Italia y con detalles tan sobresalientes como el tondo situado encima de su escultura con una Virgen con el niño.



A los lados de la escultura del obispo están los apóstoles Pedro y Pablo. El monumento alcanza casi toda la altura de la capilla. Con una tribuna donde vemos representado el milagro de los panes y los peces y la venida del Espíritu Santo.



Para desgracia de nuestro protagonista, en el año 1540 volvió a Roma y allí fallece, fue enterrado en la iglesia de Santiago de los Españoles de la ciudad eterna, quedando su sepulcro vacío.
Sepulcro de Diego Hurtado de Mendoza.



Una de las joyas escultóricas de la España del renacimiento es este increíble sepulcro realizado para el segundo cardenal Mendoza, proveniente de una de las familias con más dinero y poder a finales del siglo XV en la península ibérica, Diego Hurtado de Mendoza.
El conde de las Tendillas encargó esta maravillosa obra, que debía estar realizada a la romana, olvidando las obras llevadas a cabo hasta entonces. Se utilizó para su construcción mármol de Carrara y es el escultor florentino Domenico Fancelli (Domenico Alessandro Fancelli da Settignano) quien la realiza en Italia, posteriormente es traída en barco a Sevilla y el autor realiza su montaje en la capilla de la Virgen de la Antigua. Nos encontramos un sepulcro en arcosolio, con utilización de candelieri y varias hornacinas con esculturas. En las enjutas podemos ver los escudos del Cardenal y la familia. En el intradós del arco casetones al estilo de la época y una escultura del cardenal donde el autor no duda en poner todo tipo de detalles con un gran realismo.
Gustó tanto esta composición que los Reyes Católicos encargaron al autor la tumba de su hijo Juan y la suya propia que se encuentra hoy en día en la Capilla Real de Granada.
En el siglo XVIII el arzobispo Luis Salcedo y Azcona encargaría justo enfrente de la original su propio mausoleo que sería casi idéntico a la obra mencionada, realizado por Duque Cornejo, pero en un material que nada tiene que ver al mármol de Carrara y por ese motivo su estado de conservación deja mucho que desear.


